La
espiritualidad es el proceso interior desarrollado por cada individuo tratando
de encontrar su equilibrio existencial ,
buscando mantener la armonía de su ser liberando a la mente de ataduras como la
envidia, el rencor y el odio, intentando generar un ser humano más justo,
equitativo y solidario; para beneficio propio y de la sociedad en la cual se
desarrolla . Pero hay que entender que esta revisión interna de las actitudes y
potencialidades humanas normalmente parecen ser concesión de las corrientes de
pensamientos establecidas como mecanismos agrupadores de colectivos ciudadanos en
torno a estas temáticas y para un grupo de población mayoritaria parece
imposible llegar a esta autorregulación por fuera de estos paradigmas .
Por ende pareciera
que las etimologías referentes, solo son propiedad de los eclesiásticos y
hablar de conceptos como la fe sin asociarlos a creencias religiosas está un poco desfasada para la visión parcial
generada por los dogmatismos, esto sería como asegurar que la paz interior solo
es posible para los que pertenecen a
cierta secta; lo que quiero plantear es que cada ser humano sin importar si
vive en la polinesia o en roma tiene la misma posibilidad de encontrar una
conformidad interior no interesando si es monoteísta, politeísta o ateo lo
importante es tener una conciencia social y humanista sobre la vida,
entendiendo que su formación depende mayoritariamente a las acciones que
desarrolle para tal fin.
El verdadero desafío esta en llevar esta
conceptualización a la vida diaria para ser constantes entre la retorica de
paz y las acciones desarrolladas como
moradores de esta aldea global, buscando la coincidencia entre todos esos
pensamientos positivos sobre el amor y la convivencia con la familia, los
amigos y la colectividad en general; pero sin olvidar que se debe estar en
simpatía con lo que somos como persona no desconociendo que es un ejercicio de
nunca acabar pues es una retroalimentación positiva interna.
De ahí que sea
importante hacer una diferenciación entre lo que está bien o mal, y mantener
unos códigos ciudadanos de responsabilidad sobre la coexistencia humana sin que
tus acciones agredan a los demás, es decir que tus libertades individuales no asalten
a los otros, por ejemplo matar es deplorable porque no se puede decidir sobre
la existencia o no de otro ser humano, no solo porque tu tradición religiosa lo
dice; ya que mañana tu orientación mística puede cambiar pero tus códigos sobre
la vida en ese sentido pienso no
deberían hacerlo.
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